Linder Sterling

Desde 1976, Linder busca la provocación con sus collages de inspiración dadá, al más puro estilo Cabaret Voltaire. Sinsentidos que esconden mensajes sobre la liberación sexual de la mujer y que pretenden romper con la imagen femenina ideal, recurriendo a su lado más excéntrico. ¿Cómo? Combinando elementos eróticos con detalles inocentes: galletas, bailarinas o paisajes campestres; imágenes transgresoras que la artista describe como  una especie de «gran orgía».

Fue la portada de un disco la que llevo al estrellato a esta artista de la escena pospunk de Manchester. En 1977 Linder Sterling creo su célebre portada para el álbum Orgasm Addict, delgrupo británico Buzzcocks, en la que aparece una mujer desnuda con ojos en sus pezones. Un trabajo que todavía hoy, 33 años después, sigue siendo un icono de la cultura punk.

Linder Sterling. Mis collages son recortes de los libros y revistas que me fascinan. A menudo ni siquiera sé por qué los cojo. Pero hay algo en la mirada de una mujer o la luz del tutú de una bailarina que me dan ganas de trabajar con ellos. A veces añado flores, pasteles, televisores, barras de labios, los animales... todo lo que pueda ayudarme a crear algo nuevo. Los collages son casi como una investigación filosófica. Son el resultado de cómo combinamos todas las tensiones opuestas y cosas que nos pasan por la cabeza de una manera que tenga sentido para nosotros, pero no para los demás.

¿Porqué tantas bocas? Lo que entra o sale de nuestros labios puede crearnos muchos problemas o placeres, depende del individuo. Hay muchos productos destinados a la boca: lápiz labial, bálsamo labial, crema dental, enjuague bucal, hilo. Sobresaturamos esta zona. Por otro lado, en muchas culturas, la boca tiene una connotación muy diferente: las mujeres todavía no pueden hablar por sí mismas, tienen que mantener la boca bien cerrada. Es un elemento con una gran carga simbólica.

 

Empecé en los años 70. Estaba en la escuela de arte. Había hecho tres años de dibujo y la pintura me empezaba a cansar. Decidí combinar dibujo y collage, pero incluso esto no terminaba de llenarme. Un día guardé todos mis lápices y pinturas, me compré dos pilas de revistas, para hombre y mujer, y empecé a recortar. Me gusta el lado quirúrgico del collage. Todo es muy limpio. De hecho, uso un bisturí de cirujano, algo que me hace sentir como Mary Shelley tratando de hacer un hermoso Frankenstein cada día.


Es extraño que nuestros cuerpos desnudos sean vistos como transgresiones. Me interesa mucho como retratan a la mujer revistas como Playboy. Simone de Beauvoir decía que una no nace mujer, se convierte en mujer. Me gusta localizar las pistas que nos ayudan a convertirtirnos en mujer. Llamar la atención es necesario, aunque sea por un minuto, lo suficiente para que el espectador pueda preguntarse: ¿Por qué este artista hizo esta obra?