Una obra oscura, sucia y ya no solamente en términos de técnica, si no en la atmosfera que transmite, es cómo podríamos empezar a definir la obra del joven y genial Mircea Suciu y sí, el carboncillo termina de redondear la triste, vergonzosa y a la vez poética realidad que retrata con sus preciosos claroscuros.
Hay humor, ironía, hay crítica social, crueldad y un realismo muy especial, en una obra llena de connotaciones de la Segunda Guerra Mundial. Con todo lo que representó esa época, tiene mucho más significado que Suciuutilice casi siempre el potente blanco y negro con la técnica más primitiva, sucia y directa que hay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si tienes alguna idea, crítica o propuesta puedes dejarla aqui.